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Nov

Herpes labial

Es una infección causada por el virus del herpes simple, esta infección lleva a que se presenten ampollas pequeñas y generalmente dolorosas en la piel de los labios, la boca, las encías o en la zona alrededor de la boca.

El herpes labial es una enfermedad extremadamente común, causada por la infección del área perioral con el virus del herpes simple, muy a menudo el tipo 1, La infección inicial puede ser asintomática (no provocar síntomas, molestias o dolor) o causar únicamente lesiones pequeñas tipo aftosas.

El virus permanece en los ganglios nerviosos, a la espera del momento propicio de activarse, en general se ha relacionado a los Herpes labiales con el virus tipo 1 y al virus del herpes tipo 2, con el herpes genital.

Los virus del herpes son muy contagiosos y se transmiten ya sea de forma directa (piel con piel) o indirecta a través de elementos contaminados como hojas de afeitar, toallas, cubiertos, vasos y otros artículos que se comparten. Ocasionalmente, el contacto de orogenital (boca con genitales) puede diseminar el herpes labial a los genitales y viceversa, así que las personas con lesiones herpéticas activas en o alrededor de la boca o los genitales deben evitar el sexo oral. Los primeros síntomas generalmente se presentan una o dos semanas o hasta 3 semanas, luego del contacto con una persona infectada. Usualmente, las lesiones por el herpes labial permanecen durante siete a diez días y luego comienzan a desaparecer.

El virus puede permanecer latente en las células nerviosas y luego reaparecer ocasionalmente en el sitio original o cerca de él. La recurrencia normalmente es leve y puede desencadenarse por los períodos menstruales, exposición al sol, enfermedad con fiebre, estrés u otras causas desconocidas. Los síntomas de advertencia como picazón, sensación de quemazón, aumento de la sensibilidad u hormigueo, se pueden presentar unos dos días antes de la aparición de las lesiones. Lesiones en la piel o erupción alrededor de los labios, boca y encías:

1. Ampollas (vesículas) pequeñas, que contienen un líquido claro amarillento o ampollas enrojecidas, levantadas y dolorosas en un área de la piel.
2. Las vesículas se forman, se rompen y drenan. Se forman costras amarillas que al caer dejan ver el aspecto rosado de la piel cicatricial.
3. También se pueden ver varias ampollas pequeñas que emergen para formar una ampolla más grande.
4. Algunas personas pueden presentar fiebre leve. El diagnóstico se hace sobre la base de la apariencia de la lesión o un cultivo del virus en la misma. En el momento del examen físico también se puede encontrar agrandamiento de los ganglios linfáticos del cuello o la ingle.

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